¿El agua con gas es tan saludable como el agua sin gas?

Por Christina Caron

The New York Times Company para Avalian

Está el agua sin gas y luego está el agua con gas o carbonatada. Vigorizante, burbujeante y efervescente, el agua con gas se convirtió en un ritual diario para muchos y en un segmento creciente de la industria de las bebidas, cuyas ventas anuales superan ya los 4 mil millones de dólares en Estados Unidos.

Para quienes mueren por ella, el agua con gas ofrece una experiencia sensorial que el agua sin gas no puede ofrecer: el delicioso chasquido de la lata al abrirla. El burbujeo de la efervescencia al desenroscar la tapa de la botella para servirte un vaso. La sensación de cosquilleo cuando la bebida llega a la lengua, a veces con un toque de sabor “natural”.

El agua sin gas es fundamental para la hidratación, pero “es sorprendente el número de personas a las que no les gusta el sabor y no están dispuestas a beberla”, afirmó Anne Linge, dietista y nutricionista certificada del Centro Médico de la Universidad de Washington en Seattle. “Añadir carbonatación puede hacerla más aceptable”, aseguró.

Más aceptable, quizás, pero ¿es igual de saludable?

Los nutricionistas coinciden en que el agua carbonatada (una categoría que incluye el agua con gas carbonatada artificialmente y el agua con gas natural) es tan hidratante como el agua normal, sin embargo el agua de la canilla tiene el beneficio añadido del flúor, que ayuda a prevenir la caries dental.

“Si utilizás agua fluorada para cepillarte los dientes, cocinar y parte de tu hidratación, también podé incluir el agua con gas en tu dieta”, afirmó Linge.

Pero hay que tener en cuenta que el agua con gas es más ácida en la boca que el agua sin gas.

El agua con burbujas contiene dióxido de carbono, que se convierte en ácido carbónico al mezclarse con la saliva, lo que reduce el nivel de pH de tu boca. La escala de pH indica si una solución es más ácida (pH más bajo) o alcalina (pH más alto). Las bebidas con un pH más bajo pueden ser erosivas para los dientes, haciéndolos más susceptibles a las caries; sin embargo, el agua carbonatada sin azúcar no es ni de lejos tan erosiva como las bebidas gaseosas o los jugos de frutas, según un estudio de 2016 publicado en el Journal of the American Dental Association.

Algunas marcas de agua carbonatada incluyen ingredientes como el ácido cítrico para dar sabor, lo que puede elevar el nivel de acidez. Añadir tus propias rodajas de limón o lima tendría un efecto similar. Y como la lista de ingredientes suele decir “sabor natural”, es difícil saber exactamente qué se le agrega.

Aun así, “habría que consumirla mucho a lo largo del día para que tuviera efectos perjudiciales similares a los que veríamos con los jugos de frutas o las bebidas gaseosas”, aseveró Brittany Seymour, profesora asociada de la Escuela de Medicina Dental de Harvard y portavoz de la Asociación Dental Estadounidense.

En conclusión, “dado que el agua carbonatada tiene el potencial de ser erosiva, lo aconsejable es consumirla una vez al día y no como tu principal fuente de agua”, dijo Seymour.

“Si querés tomar dos o tres aguas con gas al día, es preferible que la acompañes con una comida”, añadió. Es que al comer, la boca produce más saliva, que puede ayudar a neutralizar los ácidos de la superficie de los dientes.

Si preferís tomarla sin comida, se puede utilizar un sorbete, para ayudar a que el agua pase sin tocar mucho los dientes. En general, los especialistas recomiendan no beberla a sorbos durante más de una hora. Beber agua con gas durante mucho tiempo prolonga el tiempo que tus dientes están expuestos a la acidez.

Si te encanta el agua con gas y te gusta beberla varias veces al día, sin las comidas, considerá la posibilidad de cepillarte los dientes con una pasta dental con flúor después para evitar las caries. “Solo asegurate de esperar al menos 30 minutos después de tu última bebida”, indicó Seymour. ¿Por qué? La acidez del agua carbonatada ablanda el esmalte de los dientes. “Tomar un descanso, le brinda a tu esmalte la oportunidad de remineralizarse y volver a su estado normal de endurecimiento, que es la superficie ideal para el cepillado porque puede tolerar mejor los abrasivos'', añadió.

Seymour también brinda consejo si tenés niños a los que también les gusta disfrutar del agua con burbujas. “Lo ideal es que los padres animen a sus hijos a beber agua sin gas y fluorada para protegerse de las caries- dijo-, y que reserven el agua con gas para ocasiones especiales”.

Las bebidas carbonatadas también pueden contribuir a los gases y la hinchazón, pero el grado varía de una persona a otra.

“Cuando tragás la carbonatación, ésta tiene que salir por algún sitio, así que o bien se eructa o se pasa a través de la flatulencia”, dijo Courtney Schuchmann, dietista certificada del área de Medicina de la Universidad de Chicago y especializada en salud gastrointestinal. “Si sos alguien que ya tiene problemas con los gases y la hinchazón, puede causar más síntomas”, manifestó.

La carbonatación también puede empeorar el reflujo ácido y tener un “efecto llenador, que puede disminuir el apetito al crear distensión en el vientre”, añadió.

Independientemente del tipo de agua que prefieras, intentá beber cada día alrededor de la mitad de tu peso corporal y “que la mayor parte sea de agua sin gas”, dijo Schuchmann. El ejercicio de proporción debe hacerse con el peso en kilos; por ejemplo, si pesás 68 kilos deberías beber unos dos litros de agua para mantenerte hidratado.

Otra cosa que hay que tener en cuenta: mucha gente asume que la soda y el agua con gas son intercambiables, pero la soda suele tener sodio. “Para alguien que controla su presión arterial, es algo que debe tener en cuenta”, dijo Schuchmann. “Depende de cómo sea el resto de tu dieta y de la cantidad de sodio que provenga de otras fuentes es aconsejable consumirla o no”, concluyó.