Por Luis Velasquez y Jenny Fernandez
Harvard Business School Publishing Corp para Avalian
Cuando nos ascienden a la dirección o conseguimos un puesto de liderazgo en una nueva empresa, muchos de nosotros nos preguntamos: ¿Cómo puedo arrancar en ritmo, añadir valor y ser reconocido?
El primer paso suele consistir en que demuestres tus capacidades logrando una victoria rápida y temprana. Usted quieren probarse a sí mismos, ofrecer resultados y mostrarles a su empleador que tomó la decisión correcta al invertir en su crecimiento.
Sin embargo, es fácil enfocarse demasiado en el resultado y olvidarse de establecer relaciones importantes con el equipo y compañeros. Esto puede tener consecuencias negativas para ustedes como líder, dejando como resultado personas con exceso de trabajo y baja moral.
Les mostramos cómo enfocarse tanto en los resultados como en las relaciones:
EMPIECEN CONSTRUYENDO CONFIANZA. Antes de que puedan dirigir a personas, necesitan formar conexiones con ellas. Esto comienza construyendo una base de confianza. En un papel gerencial, ustedes son menos hacedores y más facilitadores, que empujan a otros a tener éxito. Como tal, deben ejercer un tipo de liderazgo diferente. Sus colaboradores directos, compañeros y superiores necesitan confiar en su autenticidad, empatía y capacidad para empoderarlos como quienes se preocupan por ellos, por su crecimiento y por el desarrollo de la empresa.
Prioricen las reuniones personales con cada uno de sus colaboradores directos y compañeros. Conozcanlós y háganlés preguntas como: ¿Qué significa el éxito para vos? ¿Cómo medís el progreso? Sus respuestas los ayudarán a comprender mejor sus motivaciones, aspiraciones y objetivos. Tengan claras sus propias metas y expectativas, para que sus colaboradores directos comprendan cómo se verá el éxito en sus funciones. Les pueden brindar una hoja de ruta para ello.
Cuando se reúnan con partes interesadas de mayor nivel dentro de la organización, vayan preparados con una propuesta de ascensor: una visión de cómo es el éxito de los proyectos o iniciativas en los que están pidiendo a otras personas que participen.
ESTÉN ABIERTOS A QUE INFLUYAN EN USTEDES. Las personas de todos los niveles quieren saber que son relevantes. Nada envía una señal más fuerte que una persona que está abierta a escuchar y aprender de las perspectivas y opiniones de los demás. Como líderes, el rol cambió: dejaron de ser solucionadores de problemas para ser influenciadores. Ya no es necesario que tengan todas las respuestas; su trabajo es capacitar y empoderar a los demás para que resuelvan los problemas.
Escuchen más de lo que hablan, especialmente cuando participen en conversaciones potencialmente difíciles. Crear una cultura que permita a sus equipos expresar sus ideas y proponer sugerencias conducirá a mejores soluciones. Escuchar para ampliar su perspectiva permite que los demás se sientan valorados y comprometidos, aumentando así su influencia y eficacia como líderes.
ADAPTEN EL MENSAJE A LA AUDIENCIA. Elaboren un mensaje teniendo en cuenta el público, para atender sus necesidades específicas y asegurarse de que escuchan lo que les dicen. Casi siempre, las personas se centran en el contenido que comparten y no en cómo lo transmiten.
Cuando conozcan a su nuevo jefe, equipo directivo o colaboradores directos, averigüen sus estilos de comunicación, sus comportamientos y los valores que hay detrás de esos comportamientos. Si un jefe tiene fama de ser un narrador y un pensador de grandes ideas, elaboren sus mensajes como una historia que destaque soluciones innovadoras y el impacto estratégico global que tendrá en la empresa.